martes, 28 de diciembre de 2010

CAM EN PIURA-PERU: Una Experiecia Inolvidable

CAM EN PIURA-PERU: Una Experiencia inolvidable:


Como ya todos sabemos, se cerraron las puertas de Canat el 18 de Diciembre para volver el próximo año, pero ello no quiere decir que la labor ha concluído sino por el contrario, que un capítulo más de los que quedan se ha cerrado. El camino es muy largo...

Esta vez quiero compartir la sonrisa y la alegría que cada niño nos ha dejado en nuestros corazones, aquellos niños que con solo dedicarle un minuto de tu tiempo, te regalaban lo que no se puede comprar......un abrazo, un te quiero y una sonrisa.

Despedida en los A.H. Los Angeles y Castilla:

Ese día los niños nos esperaban con ansias, desde nuestra llegada ya había un montón de personas y al vernos corrían a nuestro encuentro, habían más de 100 personas!!!.



Todo lo que les podías dar te sabía a nada, no fue una despedida sino un "Hasta Pronto". Los niños no querían despedirse, te preguntaban que cuándo voverías y no sabías qué responderles.
Creo que ahora que ya está a punto de acabarse el año, deberíamos reflexionar sobre este año que ha pasado, con respecto a mí, puedo decir que esta experiencia me ha marcado y que no ha finalizado mi labor en Canat, por el contrario, es el comienzo.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Cosas del Perú 7

Hace unos meses, antes de venir a Perú, presente a una asociación española un proyecto de CANAT para el proximo año. Hoy no es un buen día. Acabo de recibir un mail denegando la ayuda. El jurado ha decidido que hay otros programas más necesarios.

No debe ser fácil ser jurado en estos casos. ¿como elegir unas cuantas gotas de agua en medio de un océano?. Tengo la certeza de que los programas seleccionados son tan necesarios como los de aquí, que la decisión de financiar otros proyectos hará felices a otras personas, que la corriente solidaria estará bien enfocada.

Pero ahora yo estoy aquí y mañana volvere a ver a estos niños de Piura mendigar en el mercado. No tienen ni más ni menos derechos que otros niños de Senegal, de Etiopía, de China.... de España.

Que dificil es ser juez en estos casos.

Ahora me asalta la duda de si lo hemos planteado bien, si hemos sabido transmitir todo el esfuerzo que aquí se realiza. Solicitabamos la financiacion de una escuela de oficios, quizá no supe explicalo bien, quizá si.

Manitos Creciendo es mucho más que una escuela de oficios. Cada uno de los niños y niñas que de ella se benefician no solamente aprenden un oficio. CANAT tambien tiene que elegir gotas de agua en el océano, tampoco ha de ser fácil. Para los elegidos supone la diferencia entre la luz y la oscuridad. Supone la posibilidad de salir del arroyo, de sacar adelante a sus familias, de ser reconocidos como personas.

En algunos asentamientos son tan pobres que no tienen ni esperanza y el primer trabajo que se hace con ellos es devolverles la autoestima, recordarles que estan vivos, que tienen derechos. Sin duda alguna en CANAT se hacen muchas más cosas de las que se pueden poner en el papel.

Hoy no es un buen día, pero ellos ya estan acostumbrados a esto.

Un abrazo

Diario de Perú - última entrega

DIARIO DE UNA EXPERIENCIA - VOLUNTARIADO EN PIURA (PERÚ)

Esta, creo, va a ser mi última intervención en este blog. Me quedan pocas palabras para seguir definiendo, como he intentado hacer hasta ahora, la vida de las gentes con las que he tenido alguna relación en Piura. Las emociones son intensas y mi torpeza para plasmarlas grande.

Apenas llevo un par de semanas en España y ya estoy empezando a añorar aquello. Todo aquello. En un principio tenía preparada para colgar la historia de la familia de Lorena, pero esa experiencia, en un acto de puro egoísmo, me la quedo yo. Solo quiero deciros que es probablemente la intervención de Manitos en la que he participado y que más me ha impactado; Lorena es ciega y fue violada con 16 años (tiene un hijo precioso fruto de esa violación) y su hermana Kelly nació con parálisis cerebral y está postrada en una silla de ruedas desde entonces. Como os digo, el resto es para mí.

Hoy, por ser la última, me gustaría dedicarla a la gente “al otro lado de la barra”, a los voluntarios y cooperantes que me he encontrado durante mi estancia aquí, tanto piuranos (Jessica, Manuel, Roxana, Carola, …. ) como extranjeros. Todos, en mayor o menor medida, han renunciado a algo con el fin de darse a los demás. Son gente anónima, que no sale en los periódicos ni en la tele; no son prohombres ni héroes, sino simplemente las personas más generosas con la que he coincidido en mi vida. Lo más valioso que tiene un hombre o una mujer es su tiempo, y estos chicos lo regalan a otros seres humanos para mejorar en lo posible su existencia. No recuerdo quien dijo que ser generoso no es dar a otro aquello que este necesita más que tu, sino que es dar aquello que tu necesitas más que la otra persona.

Sin ánimo de dejarme fuera a nadie, voy a personalizar en dos personajes que quizá sean la mejor representación de mis amigos voluntarios de Piura. El primero de ellos es Jose, donostiarra de mi edad que a principios de año decidió dejar su trabajo fijo en una empresa de tecnología en San Sebastián para ser voluntario en Manitos. Es la piedra angular que mantiene conectados a todos los voluntarios (y en ocasiones son muchos) tanto de Manitos Creciendo como de Manitos Trabajando. Su apariencia “distinta” esconde un corazón enorme.  Ha desarrollado también voluntariado en zonas tan pobres de la tierra como Etiopía y Botswana. Es de las personas que se echan de menos.



Tomás es murciano, como yo, y trabaja como enfermero en el CREMP (el psiquiátrico) de Piura. Lleva doce años desarrollando esta labor por psiquiátricos de medio mundo (Senegal, Honduras, …). Durante mi estancia en Perú y quizá por la confianza que da el ser paisano tan lejos de tu tierra, hemos charlado a menudo, en ocasiones con un pisco sour de por medio. Tiene experiencias para escribir un libro, pero él siempre se quita importancia. No hace lo que hace para “exhibirse” ante nadie, sino porque realmente le sale del corazón. Cuando le preguntaba si iba a volver a España algún día, siempre me decía que estuvo trabajando en Murcia durante un tiempo pero que ese “no era su mundo”.




Al final de mi experiencia me siento pleno. Trabajar en las ludotecas de los asentamientos con los niños, dar clases en Manitos Trabajando, hacer visitas específicas a familias “especiales”, compartir mi tiempo con personas que te hacen ser mejor persona, gente cuyo denominador común es la alegría y las ganas por vivir…..  He tenido esa suerte. Y me gustaría pensar que hay un pedazo de mí en cada una de esas personas, que todas ellas son un poco yo mismo. Por eso, y a pesar de todo, no puedo sentir más que gratitud por cada segundo de mi simple e insignificante vida.



Pero esta no es mi historia, sino la de los cientos, miles de niños y adolescentes que están en un grave riesgo de exclusión social y, en ocasiones, de supervivencia en los asentamientos humanos. Es la historia de Maynor, de Cielo y de Luchito, y de Abdías, y de Shirley,…. a quienes Manitos ha abierto una puerta a la esperanza. Hablo a menudo de esperanza, pero es que CANAT  en definitiva, les enseña el camino a una vida mejor a estos niños y adolescentes, en un sentido global de la palabra. Les ofrece la posibilidad de dejar atrás una condena segura a pobreza extrema y la sustituye por una luz de ilusión. Como dice con buen criterio Laura, queda mucho por hacer;  sería una verdadera lástima que CANAT, que necesita para su supervivencia la participación de voluntarios, tuviese que dejar su importantísima labor por la ausencia de éstos. Por ello, es fundamental que el trabajo de esta asociación se conozca, se transmita la intervención integral que la asociación realiza en los niños y adolescentes trabajadores de Piura, para que el flujo de voluntarios (y de dinero, si es posible) no pare y no se pongan en peligro las distintas líneas de actuación que actualmente desarrollan.

Solo se ama lo que se conoce.
 

Cosas del Perú 6

A Huancabamba, pueblo famoso por sus Chamanes, vienen gentes de todo el mundo a curar sus males, tanto físicos como espirituales. La Laguna Shimbe a 3.300 metros de altitud y la Laguna Negra son frecuentadas por curanderos que realizan sus ceremonias ayudados por el famoso, y alucinógeno, cactus de San Pedro.

Y allí que nos vamos Jakob y yo. Jakob es alemán, tiene 19 años y va a estar en Perú un año de voluntario. Es delgado, alto y rubio, todo un alemán dispuesto siempre a iniciar una nueva aventura, a dormir un rato o a comer algo más.

Si la zona de las lagunas conocida como las Huaringas está llena de Chamanes, nosotros no íbamos a ser menos, así que nos convertimos en Magos y emprendemos el viaje con dos cajas de juguetes que han llegado a CANAT desde España. La idea es repartirlos por los colegios de las aldeas que están más arriba de Huancabamba. Esta es una zona de las más deprimidas del Perú y en cuestiones de educción se encuentra en los últimos puestos de la lista.

Salimos de Piura con un bus que tarda unas 7h en recorrer los 250Km, 2h para los 130 primeros y 5h para los últimos 120. Una vez pasado el pueblo de Canchaque, la carretera asfaltada se convierte en camino y va ascendiendo entre barrancos y cortados hasta los 3.800 metros para luego bajar a 1957m al final del viaje, Huancabamba.

El paisaje es impresionante, si Piura es un desierto esto es un paraíso. Montañas, prados, bosques, agua... bendita agua. Desde la ventanilla del autobús apenas se ve el camino y en alguna curva me asomo y todo lo que hay debajo es vacio, más de 1000 metros de barranco. No entiendo como puede un autobús de 60 plazas pasar por este camino. Como dato decir que a Huancabamba la llaman "La ciudad que camina" por los frecuentes corrimientos de tierra de sus laderas. En épocas de lluvia, que por cierto está a punto de comenzar, no es raro que se quede incomunicada durante días.

Una vez más el autobús llegó a su destino. Aquí nos esperan Roxana y Sulmira. Llevan un año en las montañas impartiendo un programa de capacitación de profesores rurales y Sulmira además es profesora en la Aldea de San Antonio. Allí llevaremos los primeros regalos. Nos han alojado en una antigua escuela que hay debajo de la casa de Sulmira.

Para continuar camino arriba desde Huancabamba hay que tomar una combi hasta Salalar o Huarhuar, dos aldeas a casi 3.000 metros de altitud, y a partir de allí si se quiere llegar a la zona de las lagunas hay que andar o alquilar un caballo. Subimos a la laguna Shimbe y optamos por ir a caballo a pesar de la lluvia. El camino, como no, o sube o baja pero nunca es llano y con el barro y el peso los caballos se resbalan.

En la laguna tenemos la suerte de encontrar a un Chaman curando a un niño. Ha venido toda la familia y el brujo va diciendo cosas que casi no se entienden y escupiéndoles cerveza y otras cosas. Al final terminan todos en las frias aguas de la laguna y una vez purificados, y después de pagar al Chaman, se vuelven a Trujilllo que es de donde han venido.

La bajada de la Laguna fue un poco más divertida, por cosas de la vida me quedé solo con mi caballo, así que tuve el privilegio de pasear por los andes disfrutando del silencio. Disfrutando hasta que mi rocinante se empezó a poner nervioso, en fin, la cuestión es que se resbalaba a cada paso y acabó en el suelo por tres veces. Por suerte ninguno de los dos nos hicimos mucho daño. Mi preocupación era no encontrar la aldea de Huarhuar pero al final, preguntando, se llega al fin del mundo.

Para entregarles los regalos a los chicos los reunieron a todos en San Antonio, también bajaron los de Salalar. Nosotros entregamos los regalos a sus profesoras e intentamos mantenernos un poco al margen. Pero ser europeo y querer pasar desapercibido en los Andes es casi imposible.

Al principio los niños tienen miedo de los desconocidos, en estas tierras Sendero Luminoso y el Ejercito de Fujimori hicieron mucho daño, pero poco a poco su curiosidad de niño vence al miedo y se acercan para darte un abrazo o preguntarte alguna cosa. No sé el motivo pero algunos la han tomado con mis canas y quieren arrancarmelas. Me pregunto por cuantos años permaneceran estos jugetes de segunda mano en los brazos de estas niñas y niños, si alguno de nuestros hijos sentira tanta alegíia con sus 5 ò 6 jugetes nuevos. Y si somos nosotros los equivocados, ¿a que estamos esperando?.

El gobierno del Perú tiene un programa llamado "JUNTOS" que intenta reducir el analfabetismo en las montañas y a cada familia que tenga a todos sus hijos escolarizados les dan 100 soles al mes. También suministra alimentos a todas las escuelas de inicial para que coman en ellas los niños. Periódicamente les entregan Arroz, aceite, frijoles y un concentrado de cereales que usan a modo de leche o papilla, según lo concentrado que lo preparen.

Desde Huarhuar tomamos una combi, las famosas furgonetas, para regresar a Huancabamba. Ya estamos listos para partir, pero amigo, aquí las cosas suceden de otra manera. Todas las mujeres, los niños y yo estamos sentados en la combi mientras los varones, incluido el chofer, se beben seis litros de cerveza al estilo peruano. Todos en corro se van pasando un único baso y como cada vez bebe uno tardan casi una hora en terminar. Nadie les dice nada.

En una aldea a tres horas andando de Huancabamba el chofer de la combi dice que no sigue. Ale, mochila al hombro y a andar por los caminos. Por suerte al rato pasa un amigo de Roxana y nos acerca al pueblo. Eso si, después de parársele el coche en cada una de las cuestas, dice que "cuando sube se queda seco".

Huancabamba es un pueblecito de montaña que de estar en Europa seria un destino turístico indiscutible pero resulta que esta en Perú. Los gobernantes de por aquí deben ser como los de allí... Un atajo de chorizos. De momento el pueblo se ha revelado contra el ayuntamiento y el alcalde y los concejales se han tenido que ir del pueblo. Dicen que están refugiados en Canchaque y que hasta que no haya elecciones y salgan otros elegidos no pueden volver.

Y aquí, en Huancabamba, me entero de otros de los oscuros pasajes del Perú. Al parecer Fujimori solicito a finales de los noventa un crédito al Fondo Monetario Internacional. Una de las condiciones para la concesión era la reducciónde la natalidad por lo que se implanta la campaña AQU (no quiero ni saber que significa). Quiero creer que empezó como una campaña de esterilización voluntaria pero algo falló desde el principio... "Tantos esterilizados = a tanto cobra el medico". Y claro cuando hay objetivos muchas veces nos olvidamos del camino.

Y aqui aparece Esperanza. Esperanza nacio en Huancabamba, nacio pobre, vive pobre y morirá pobre, seguro. Agricultora, analfabeta y con una inteligencia envidiable colabora con la ONG "IAMAMC" Instituto de Apoyo al Movimiento Autonomo de Mujeres Campesinas. Cuenta que un día aparecieron unos doctores en su pueblo con la escusa de hacerles unas pruebas a las mujeres. Que les explicaron lo importante de controlar la natalidad y que cuando algunas se negaron a ser esterilizadas las encerraron y lo hicieron en contra de su voluntad. Esperanza estaba embarazada y perdio al bebe.

Tambien he oido decir que el Gobierno sucesor de Fujimori ha reconocido 300.000 esterilizaciones en mujeres y 50.000 en hombre. Mirando a mi alrededor no juraría que no fué así pero me gustaría creer que fueron muchas menos.

¿Que sería del Perú sin sus mujeres?, me quito el sobrero ante ellas y no por lo que hayan pasado, me descubro por lo que aun estan soportando.

Sé por buestros mails que todo esto no cae en saco roto. Se, porque os conozco desde hace años, que comprendeis el significado de la palabra solidaridad. Gracias por estar ahí.

Un abrazo,

¡Ah por cierto...! FELIZ NAVIDAD

jueves, 16 de diciembre de 2010

Cosas del Perú 5‏


Termina la jornada y son tantas cosas las que quiero contaros. Me gustaría hablaros de mi visita a las casas de de las familias en los asentamientos, de la cárcel, del albergue para niñas y niños portadores, de mi viaje a Huamcabamba para llevar juguetes a las escuelas, de muchas ideas que están por desarrollar aquí.
Hoy no quiero hablar de Piura, no quiero hablar de historias oídas al vuelo. Otro día os contare todo esto.
Hoy me apetece hablar con mis amigos y para ellos va esto.
Hace unos meses, una amiga, Vanessa, vino a Piura a conocer a CANAT y sus programas. Al regresar a España intento trasmitirnos lo que es esto y yo consciente de que pronto vendría, intente hacerme una idea de lo que me esperaba.
Querida Vanessa, ¿Que te voy a contar? es tan difícil explicar los sentimientos. Imagino tu desesperación al ver que no entendía nada de lo que decías. Supongo que a mi me sucederá algo parecido cuando regrese.
El duro Capitán, el que venció a mil tormentas, el laureado, el querido, el admirado… Después de 23 días fuera de su barco no consigue acostarse sin una extraña sensación. Y os aseguro que no voy a poder explicarla. No es buena ni es mala es simplemente intensa, estar vivo, despierto, y agradecer con cada latido el estarlo. Cada día es una lección, un duelo, una esperanza.
Creo que todos los extranjeros partiremos de aquí pensando que se puede hacer algo mas. Haremos comparaciones con nuestra cotidiana vida, con nuestras relaciones, con nuestro sistema de vida. Comparaciones que seguramente no alcancemos a valorar. Cada voluntario vive su partida como una pequeña tragedia. Son muchos los que desean volver y son muy pocos los que lo harán. ¿Cómo poder ayudar desde casa? ¿Qué he de cambiar en mi vida para que esto no suceda? Espero que cada uno encuentre el camino.
Si queréis llorar venir a Piura, si queréis sonrisas, abrazos y besos venir a Piura. “Si existen los ángeles están en Piura”, porque eso es la gente de CANAT.
Gracias a todos los que de alguna manera os ha supuesto un esfuerzo que pueda disfrutar del privilegio de vivir esto.
Yo no me planteo si volveré, hay gente en todos los lugares del mundo, pero ya tengo la certeza de que una parte de mi corazón se va a quedar aquí.
Un abrazo, 
Otro día os cuento más

sábado, 11 de diciembre de 2010

Cosas del Perú - cuatro

Cuando llegué a Piura los otros voluntarios me dijeron que me preparara para hacer cada día algo distinto, que aquí siempre suceden cosas que hacen que cada día sea diferente. Gaby es la directora de CANAT, de momento me ha asignado a dos chichos, Nicolás y José son gemelos y no están escolarizados, mi trabajo consiste en enseñarles a leer. Pero si hay algo en lo que no están interesados es en eso. Ya llevan 3 meses en manos de tres voluntarias y poco a poco van aprendiendo algunas palabras.

Los gemelos viven con su madre y como en tantas familias aquí, el padre ha desaparecido. Al no tener ningún referente masculino han pensado que será bueno que trabajen conmigo, ya veremos. De momento apenas consigo que se sienten 10 minutos. Su falta de concentración es total, parecen dos niños hiperactivos y en los dos días que he estado con ellos no pasa media hora sin que se peleen entre ellos o con cualquiera que pase por su lado.

Por ahora voy ganándomelos poco a poco contándoles alguna historia y como no, tocándolos. Es increíble lo que puede lograr un abrazo con estos chicos. Y esa es una forma no escrita de como funciona CANAT, los niños y niñas que llevan varios años dentro del programa continuamente están abrazándonos y dejándose mimar. Esto es una gran familia en la que todos se apoyan mutuamente.

Por las mañanas de 8h a 14h gemelos y por las tardes de 16h a 18h ludotecas, si Gaby no manda otra cosa este es mi trabajo.

Mainor es un chico que vive en el asentamiento de Castilla, entro en programa de Manitos y cuando termino entro en el grupo de "Proyección Juvenil" y aquí les llaman PJ. Los PJ son chicas y chicos que después de terminar el programa de MANITOS quieren seguir en contacto y han formado un grupo de voluntarios nacionales dentro de CANAT. Todos los PJ han pasado por los programas de CANAT.

Si la ludoteca de Los Angelitos es gracias a que Sixta ha cedido media casa, la de Castilla es porque la familia de Mainor ha hecho lo mismo. Su padre, Pascual, trabaja haciendo adobe y construyendo casas y todos los miércoles un grupo de voluntarios va a ayudarle. 

Kilian, Jakob, Anne, Cuco y yo fuimos hace unos días. Primero tenemos que llegar al asentamiento de Castilla y para ello cogemos un combi, las mini furgonetas en las que siempre cabe uno más por llenas que estén. Ese día Pascual estaba reconstruyendo la casa de adobe de una chica de unos treinta años, creo que se llama Manuela. 

Hemos estado unas horas trasportando ladrillos de adobe que deben pesar unos 10 kilos cada uno. Hay que acercarlos a la obra mientras Pascual y su hija van levantando la pared de la casa. A este día lo llamare polvo y calor, mucho calor y aun no ha llegado el verano, que aquí empieza el 21 de diciembre.

La verdad es que ese día lo pasamos bien, digamos que le pusimos humor al tema y así el trabajo se hace mas llevadero, y si estuviese en las playas de Mancora, al norte del Perú, ahora os contaría cosas de surfistas, de largas playas de fina arena y de chiringuitos llenos de jóvenes riendo. Pero resulta que me he venido a Piura y a veces dudo de si queréis oír mas cosas de las que estoy viendo. Pero bueno, me he venido a Piura y esto es lo que hay, no paso ayer ni mañana, esta ocurriendo ahora...

Manuela ha tenido tres hijos dos chicos y una chica, como es normal el padre desapareció, faltaría mas. Su hijo mayor se metió en las pandillas callejeras y aunque CANAT intento sacarlo de la calle no lo consiguió. Manuela no tiene trabajo y con tres hijos que alimentar tubo la fatal idea de traficar con una cantidad irrisoria de drogas. Mirar a Manuela y ver a un traficante es estar ciego pero Manuela fue a la cárcel.

Estando encerrada, seguramente por un ajuste de cuentas, mataron a su hijo mayor y aunque la ley lo tiene como un derecho de los presos no le dejaron salir para asistir al entierro. Desde CANAT organizaron todo para llevarle el cadáver de su hijo para despedirlo.
Cuando Manuela salió de la cárcel además de haber perdido a su hijo, encontró a su hija embarazada de su actual compañero que se había quedado en casa para cuidarla a ella y al su hermano pequeño.

Y yo cargando bloques de adobe la veo lavar ropa en un balde a pleno sol. Nuestras miradas se cruzan y me pregunto que pensara de este "Gringo" loco que se viene al infierno por su propia voluntad. Me pregunto porque no se ha muerto de pena aun, y entonces pasa algo maravilloso, me sonríe.

Creo ver curiosidad en sus ojos, gratitud, esperanza, vida. Y otra vez, sin palabras, unos ojos del Perú me dan una lección que no olvidare jamás. Mis sentimientos de culpabilidad europea se desvanecen por un momento. Me digo "aquí estas, tus intenciones son buenas, haz lo que sabes", le devuelvo la sonrisa y creo que me entiende. Los dos sabemos que estamos en polos opuestos, pero entendemos que hay gente dispuesta a que esos polos se acerquen.

Un abrazo 




lunes, 6 de diciembre de 2010

Cosas del Perú - tres

Ya ha terminado mi semana de “Iniciación” y he pasado por muchas de las actividades que se realizan en CANAT. Al día siguiente de llegar hubo un encuentro con las familias de los chicos y chicas de Manitos Creciendo, los que están estudiando oficios. Hicimos Juegos, talleres y  charlas, me llamó mucho la atención una charla dirigida a los padres sobre lo importante que es tener D.N.I. y sobre cómo y dónde se han de reclamar los derechos más elementales como la educación o la sanidad.
Resulta que aquí hay mucha gente que está indocumentada, es como si no existieran. Lo que a nosotros nos parece lógico y normal aquí no lo es tanto; ¿Os imagináis a alguien sin D.N.I. en España? Pues aquí también es un problema no tenerlo, como muestra os digo que para coger un autobús hace falta, así que toda esta gente no puede siquiera viajar en servicios públicos.
Con este encuentro les fortalecen la autoestima y les incitan a organizarse en los barrios y reclamar a su ayuntamiento el  agua corriente, la electricidad, alumbrado…etc.
Al parecer los trámites para la obtención del  D.N.I. no son tan fáciles y desde CANAT se realizan campañas para ayudarlos con el papeleo. Son ya más de 1000 personas que han conseguido su documentación gracias a estas campañas.
Una de estas personas es Sixta que siendo niña fue enviada por su madre con a un pueblo vecino  metida en una caja, la mandó con una amiga para protegerla de la matanza de niños que ocurrieron cuando el conflicto de Sendero Luminoso y el ejercito de Fujimori.  Con el tiempo vino a Piura donde tuvo dos hijos y como en muchísimas familias del padre no se sabe nada. Tanto Sixta como sus dos hijos no tienen documentación todavía pero ya se han iniciado los trámites para conseguirla.
Los monitores de CANAT encontraron al hijo de Sixta trabajando en el mercado, al parecer un hombre le dejaba un burro y él tenía que trabajar y hacerse cargo del burro y a cambio pues eso, simplemente tenía un burro, este era todo su pago por todo el día trabajando. 
Con la ayuda de unas voluntarias se le compró un burrito y un carro, ahora se gana la vida vendiendo agua por los asentamientos. Tiene 9 años.
Tendríais que ver la casa de Sixta, ya os mandaré fotos, debe tener unos 50 metros cuadrados, ó 40, no sé, pero es muy pequeña. El suelo es de arena igual que las calles del asentamiento de Los Ángeles en donde está ubicada.
Bajo un techo de chapa sin electricidad ni agua corriente Sixta lava ropa para conseguir algunos soles, el agua la trae su hijo con el carro. Tiene dos habitaciones una grande y otra pequeña y Sixta que está inmensamente agradecida a CANAT ha cedido la habitación grande para hacer la “Ludoteca de los Angelitos” quedándose con la pequeña para ella y sus dos hijos.
Y si hay algo que le sobre a Sixta es corazón. Como se dio cuenta de que muchos niños venían a la ludoteca sin haber comido nada en todo el día empezó a darles su propia comida. Cuando los voluntarios vieron lo que estaba ocurriendo lo pusieron en conocimiento de CANAT  y ahora le pagan a Sixta la comida que entrega a los niños y niñas que se acercan a la ludoteca. No hay presupuesto para hacer esto todos los días y cuando digo comida quiero decir medio vaso de arroz con leche a compartir entre dos.
Son muchas las cosas que se hacen desde CANAT y me gustaría tener más tiempo para contaros cosas de las Ludotecas, de Manitos,  de las visitas a las familias, de los dos niños que me han asignado para ayudar a otros voluntarios que llevan meses intentando que aprendan a leer,  de la fabricación de adobe… Pero bien, ya habrá tiempo de contarlo todo.
Mañana marcho a Huancabamba a repartir juguetes. Ha llegado un envío solidario desde España y vamos Jakob y yo a llevarlos a las escuelas de las aldeas de montaña. Siempre había visto el inicio de la cadena de solidaridad, ahora estoy casi al final de ella y me alegro de saber que vienen de España.
Y hasta aquí puedo escribir pues creo que como dicen aquí “Me acaba de golpear la realidad” y tengo que llorar toda una semana de sentimientos muy fuertes.
Un abrazo a todos.

Cosas del Perú - dos

De pronto me encuentro en Piura y los tres días de viaje no han servido para dejar atrás los miedos que me he traído del viejo continente. Tengo dos opciones de alojamiento, un hotel o convivir con una familia piurana. Unos segundos de, el hotel es comodidad, higiene, seguridad, La otra opción es el miedo a las enfermedades, a la incomodidad, a no estar preparado para esto. Pero también es conocer mejor el lugar, conectar más con la gente, vivirlo plenamente. Estaba claro, me alojaré con una familia que además tiene el añadido de que ya estoy haciendo algo positivo, que se ganen unos soles con mi estancia.

Aurelio y Flor son mis caseros y tienen dos hijos Arcos y Douglas, me han instalado en una habitación muy grande en la que solo hay una cama muy pequeña y un perchero con ruedas. Tengo un aseo que no he de compartir, todo un lujo por aquí, y no tengo agua caliente. En la planta baja tienen una pequeña tienda en la que venden pan y alguna cosa para comer.
Hay más voluntarios viviendo con familias, otros han alquilado un apartamento y otros se han instalado en el Hotel Perú. El hotel cuesta 49 soles, unos 14€ al día. A mí la habitación me cuesta 2,8€.

Piura está partida en dos por el río que le da nombre, es decir el río Piura. A un lado está el centro de la ciudad y al otro mi casa, el barrio Miraflores y muchos más barrios que aun no conozco.

La organización con la que voy a colaborar es el Centro de Ayuda a niñas y niños trabajadores. CANAT fue fundada por un Padre Jesuita pero yo aun no he visto ni uno, está integrada dentro de las Obras Sociales que los jesuitas realizan por todo el Perú y parece más bien una ONG laica pues aquí no se hacen misas ni tienen crucifijos ni nada parecido por las paredes. Este punto aun no lo entiendo muy bien, si me entero de algo más os iré contando.

CANAT tiene dos centros en la ciudad de Piura y cada uno desarrolla un programa diferente. MANITOS TRABAJANDO está adosado al mercado y a primera vista parece un colegio normal y corriente. El otro centro es MANITOS CRECIENDO y este parece una academia en la que se enseñen oficios.

Por otro lado están las ludotecas que están en los asentamientos del extrarradio y en algún pueblo cercano. En este momento funcionan dos, una en el asentamiento de Castilla y otra en el de Los Ángeles. La tercera debería estar funcionando en un pueblecito costero que no tiene electricidad ni agua, Isla Tortuga, pero la falta de presupuesto la mantiene cerrada de momento.

¿Y que son los asentamientos?
A mí me parecen campos de refugiados, un lugar olvidado del mundo. Miles de personas viven en la pobreza extrema, sin agua ni electricidad, sin ingresos y muchas veces sin nada que comer.

Un asentamiento nace con la invasión del terreno por un grupo de personas que inicialmente construyen unas viviendas con paneles de cañas trenzadas por las que se filtra el polvo, que es lo único que abunda en estos lugares.
Con el tiempo y mucho esfuerzo algunas casas se van haciendo de ladrillos de adobe que fabrican ellos y con los años son aceptados por los ayuntamientos y les va llegando la electricidad y el agua. De esta forma encontramos asentamientos en todos sus procesos evolutivos, los jóvenes con la mayoría de viviendas de cañas y adobe y los más antiguos que ya tienen las casas fabricadas de ladrillo. Del enlucido, asfaltado, alumbrado público, parques, desagües, etc, ni hablamos.

Y aquí es donde CANAT busca las niñas y niños a los que brindarles una oportunidad, para muchos la única oportunidad que tendrán, el único regalo que a primera vista les ha hecho la vida, aparte de estar vivos.

Cuando el Presidente del Perú,  Fujimori, decidió acabar con Sendero Luminoso, la migración interior se disparo y miles de personas bajaron de las montañas y salieron de la selva  huyendo de los tiroteos y vinieron a asentarse en las ciudades de la costa. Este flujo aun no ha cesado y los asentamientos siguen creciendo. Viendo las condiciones de la vida en ellos no me imagino que pueda haber peor que esto para que sigan viniendo a instalarse aquí.

Bien, pues ya tenemos tres tipos de espacios en los que trabajar con CANAT
LUDOTECAS; Digamos que son guarderías para todas las edades.
MANITOS TRABAJANDO; Digamos que es el colegio.
MANITOS CRECIENDO; Digamos que es un Centro de Formación Profesional.

Detrás de estos tres espacios, detrás de sus puertas, de sus aulas, de sus monitores y voluntarios hay muchos más, hay muchísimo más de lo que a primera vista nos pueda parecer. Aquí  se crean proyectos de vida, se trabaja con cosas inmateriales; La autoestima, la solidaridad, el amor, la confianza.

Que difícil trabajar con estas cosas pero aquí se obtienen resultados. Aquí se cambia la soledad por los abrazos, el fracaso por las oportunidades, la nada por la esperanza.

Y hasta aquí os cuento hoy, la primera semana de todo voluntario se dedica a que conozca todas las posibles formas de colaborar y así posteriormente decidir con CANAT el puesto en el que más cosas puede aportar. Y en eso estoy yo, conociendo un poco todo esto.

Un abrazo muy grande.

Cosas del Perú - uno

Hola a todos, ya os digo de antemano que mucho, mucho no os voy a escribir. El tema de Internet no es algo que digamos fácil aquí. De momento he encontrado un ordenador con un teclado que solo tiene la mitad de las letras y puestas con papelitos y celo, pero bien.
Ya habrá tiempo de contar todo lo que voy viviendo estos días.

El miércoles llegué a Lima y me aloje en unas de las 4  habitaciones que tienen la Agencia de Desarrollo del Perú en su oficina del barrio de Miraflores (el más lujoso y turístico de aquí). Lima es un caos de coches, tarda uno en acostumbrarse.

En la habitación de al lado se alojaba Santiago Manuin, todo un tipo.  Según me cuenta hace un par de años hubo un enfrentamiento en la selva entre algunos indignas y la policía. Santiago es un indígena de Santa María de Nieva, en la cuenca alta del amazonas, creo que está a unos 300Km. Más o menos de Piura. Bueno, pues que Santiago era el líder de unos 4.500 indígenas que ese día se enfrentaron a la policía con el resultado de 33 muertos. Ahora anda por Lima para encontrar apoyo a su lucha para que no les contamine el río una compañía de gas. Está formando un grupo para hacer estudios de impacto ambiental y hacerle frente a las multinacionales que se mueven por su zona. Y también está en Lima para que le saquen una bala que desde aquel enfrentamiento lleva en el cuerpo y que no le han podido sacar aun.

Igual que en Argentina y Chile el móvil no funciona así que he tenido que comprar uno y liberarlo, cosa que me ha parecido bastante barata 90 soles, unos 25 euros., así que de momento tengo el mismo teléfono de siempre aunque mejor no lo uso por los precios, 1,50 euros minuto.

La gente aquí se mueve en una especie de furgonetas abarrotadas y el revisor va gritando el destino desde la puerta abierta. Después de coger un par al azar me bajo en un barrio de casitas pequeñas que trepan por la montaña. Me recuerda al barrio de la peli “La teta asustada”.  Y eso, que me equivoque y el asustado era yo, así que pies para que os quiero. Primera lección “En Lima mejor no perderse dando un paseo”.

El Viernes me subí a un bus con destino Piura (18horas). ¿Habéis jugado al bingo en un bus? Pues yo tampoco pero todos mis compañeros de bus si. A eso de la 4 peli pasó el revisor repartiendo cartones y todo el bus se puso a jugar, me quede mudo. Y ni te cuento cuando el segundo conductor se baja en mitad de la panamericana y se pone a cagar en el arcen, no me preguntéis el motivo pues el autobús lleva aseos. Después de un largo estudio he llegado a la conclusión de que no cabía por la puerta pues no estaba delgado que digamos.

3 horas de retraso y Bienvenido a Piura. En la estación me esperan Gaby, José, Ines, Cuco y Caro y por supuesto D. Héctor nuestro taxista.

Una vez con ellos ya estoy en buenas manos y en los dos días que llevo aquí han pasado algunas cosas digas de contar, ya lo creo que si pero me quedan 5minutos de Internet y hay cola detrás. Las faltas y letras mal puestas os las dejo a vosotros que aquí no hay corrector ni tiempo.

Muchos besos a todos

viernes, 26 de noviembre de 2010

CAM EN PIURA-PERU: Diario de Perú- Cuarta entrega

CAM EN PIURA-PERU: Diario de Perú - Una experiencia inolvidable :

"DIARIO DE UNA EXPERIENCIA - VOLUNTARIADO EN PIURA (PERÚ)

Es común que nos preguntemos ¿Qué pensamos de la pobreza? Yo creo que La pobreza es como el amor, no se ve, se siente”

Para hablar de la pobreza hay que sentirla, haberla vivido. Es fácil definir la pobreza cuando uno lo ha vivido.

A muchos extranjeros que visitan el Perú no les choca la pobreza, que de alguna manera esperan encontrar, sino la indiferencia que ésta parece generar en los peruanos más afortunados.

Todos hemos sufrido escasez de dinero en algún momento. Es una experiencia individual, pero no es lo mismo que el problema social de la pobreza. La pobreza, como problema social, es como una herida profunda que contagia cada dimensión de la cultura y de la sociedad. Incluye un bajo nivel ingresos, la privación de acceso a servicios como educación, mercados, sanidad o posibilidad de tomar decisiones, y también la falta de prestaciones comunitarias como agua, alcantarillado, carreteras, transporte y comunicaciones.

Tengo una semana de estar en mi querido Piura y es como si el tiempo no hubiera pasado por aquí, al contrario, la ciudad cada vez más sucia, más inmigrantes, más Asentamientos Humanos habitados por gente en condiciones impensables y más pobreza.

Una de las cosas que más me ha llamado la atención es el recibimiento que te dan los niños, a penas te ven, se acercan a ti, te abrazan y te besan y la mejor recompensa .….una SONRISA. Se conforman con tan poco que te hace sentir miserable. Muchas veces valoramos muy poco lo que tenemos y siempre queremos más, en cambio ellos nos enseñan que para ser feliz solo se necesita amor, esfuerzo y persistencia.

Por lo tanto he de decir que peor pobreza no es la económica, sino la espiritual. Vivimos en un mundo materialista, inmerso en necesidades vanas y hemos dejado de lado el servicio a los demás, ser más humanos y sobre todo el amor a nuestro prójimo.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Diario de Perú- Cuarta entrega

DIARIO DE UNA EXPERIENCIA - VOLUNTARIADO EN PIURA (PERÚ)

"El infierno y el paraíso me parecen desproporcionados. Los actos de los hombres no merecen tanto." (J.L. Borges)

L. tiene 6 años y vive en el asentamiento humano de Castilla. Es un niño muy activo, no está quieto ni un segundo. Siempre juega en la ludoteca de Manitos de Castilla con chicos mayores que él, y la única diferencia palpable es la estatura;  en ganas y fuerza incluso los supera. Suelo jugar al fútbol con todos ellos en la cancha de arena del asentamiento, casi siempre de arquero o de árbitro. Me doy cuenta de que gracias a su coraje es un chico respetado y querido por sus compañeros. Hay que dar mucho mérito a eso porque él solito se lo ha ganado. Pero como en todo, también hay un matiz en esta historia….



L. tiene una malformación congénita en la nariz y labio superior muy acentuada,  estéticamente identificable a primera vista. Este problema le impide hablar con claridad y supongo que también le dificulta el acto de comer. Además, es un poco chiquito para su edad. A priori, L. tendría todas las papeletas para que los otros niños se mofaran de él. La famosa crueldad de los pequeños; basta que un niño esté un poco entrado en carnes para ser rebautizado como gordinflón o similares por el resto, por ejemplo. Pero eso no se da en este caso, más bien al contrario;  L. es tratado no solo con respeto, sino también con ternura y protección por sus compañeros del asentamiento. Y aquí el mérito hay que concedérselo a los amigos de L. En un entorno tan hostil  como en el que viven, donde la palabra supervivencia tiene una significación literal, la existencia de este tipo de comportamientos resulta reconfortante para quien los observa. Aquí no cabe la célebre frase de Hobbes “El hombre es un lobo para el hombre”,  ni el más débil es devorado ni abandonado a su suerte. Es como volver a creer en la especie humana.

A pesar de ello, L. es consciente que no es del todo "igual" al resto de niños, que tiene una diferencia, y eso provoca que visita tras visita al asentamiento tengas que ganarte su confianza. Es lógico, a estos críos la vida no les ha dado razones para confiar en ella.  Solemos hacer un seguimiento especial a L. para que participe en las dinámicas y en los juegos de grupo previos al partido, que no se autoexcluya por vergüenza o por miedo.



En una ocasión comenté que Manitos intentaba formar personas con mayúsculas. Quizá esto sea el mejor ejemplo de lo que ello quiere decir. En la ludoteca se trabajan, disfrazados entre los juegos, valores como el respeto, el compañerismo, el esfuerzo, el trabajo en equipo, la igualdad,…. Valores que van calando en los críos desde pequeños y que poco a poco irán creando el mejor caldo de cultivo para que estos seres adorables, que ahora son niños, se conviertan en un futuro en PERSONAS  con mayúsculas.


Mi diario de Piura (II)- Historias mínimas

Mi diario de Piura (II) – Historias mínimas
¡Qué rápido pasa el tiempo! Ya han pasado casi tres semanas; como se dice siempre, parece que llegué ayer, pero por otro lado, hemos vivido tantos momentos que va a ser difícil olvidar a nuestro regreso.
En este tiempo, hemos vuelto a echar una mano en el transporte de bloques de adobe. Hemos ido un poco más tarde, a las 9 y media, y a esa hora ya no están los hermanos mayores, que están estudiando, sino una de las pequeñas, de 15 años, que carga adobes durante varias horas antes de ir al cole. Picri es pequeñita, pero su fuerza nos asombra. Lleva así toda la vida, y mientras nosotras somos capaces de cargar con un bloque de 12 kilos, como mucho dos, ella coge tres bloques en sus brazos, empuja el carro o lleva a los burros con una facilidad pasmosa. De hecho, nos desafía a ver quien descarga más rápido un carro lleno de bloques, o ella o las tres adultas voluntarias. Y, claro, como os podéis suponer, ella nos gana.  Nadie se puede imaginar lo que nos agradece estar con ella; no son los bloques que transportamos, es el estar ahí, acompañándola, porque ella hace esa tarea sola muchos días. Nos agradece con una gran sonrisa que la escuchemos y que le digamos lo fuerte que es.
Ese día conocí a la madre del chico que os mencioné en mi diario anterior, y que había sido asesinado mientras ella estaba en la cárcel. Fuimos a visitarla a su “casa”, hecha de paja y latón.  Y como siempre, una gran sonrisa. Está contenta porque dentro de poco va a cambiar su casa y la va a construir de adobe. Ha vendido la otra casa que tenía a un buen precio, 5000 soles (unos 1.400 euros), y con eso ha podido comprar los bloques que necesita.  De esta manera intenta sacar a su hijo del ambiente en el que vivían y evitar que corra la misma suerte de su hermano mayor.  Me impresiona la fortaleza de esta mujer, sobre todo al conocer más detalles de su vida. Mientras ella estaba en la cárcel, su pareja se encargó de cuidar a sus hijo y a su hija, a la que dejó embarazada.  La hija, adolescente,  es por tanto ahora madre de un bebé de la expareja de su madre. Su hija convive con él y el bebe, en una situación familiar difícil de sostener.
Y siguen las historias.  A. y M. son hermanas, dos niñas adorables. La mayor de unos 9 años, es discapacitada, tiene un retraso, y la menor de unos 6 añitos, es hiperactiva. Viven con su madre en una casa de latón y paja en el asentamiento de Castilla. Su madre se dedica a recoger chatarra para vivir. Ella tiene además dolores en la columna que la hacen pasar mucho tiempo acostada.  El padre tiene otra familia (otra mujer, otros hijos) y no suele aparecer por allí, ni hacerse cargo de la familia. Y, según me cuentan, mejor que no lo haga, porque es alcohólico y agresivo. Las niñas iban al colegio, pero repetían continuamente porque además de los problemas que de por sí tienen, su madre no podía ayudarlas porque no sabe leer ni escribir. Gracias a la ludoteca de los martes y jueves las niñas tienen un rato de juego, pintan, se ríen, y se olvidan sólo temporalmente de la situación que viven en su casa.


Hemos visitado también el Centro de Enfermos Mentales de San Juan de Dios. Es un centro que aunque no pertenece al proyecto Manitos, sí está muy vinculado porque la directora de Manitos colabora activamente en él. En este centro se acoge a gente con enfermedades mentales, agudos y crónicos, en muchos casos abandonados por sus familias. Gracias a la colaboración de voluntarios y del personal que trabaja allí tienen lugar muchos talleres que les permiten a los enfermos desarrollarse dentro del marco de su enfermedad.  Un proyecto que a mí me ha gustado especialmente es el de Radio Cutivalú. Los enfermos graban un programa todas las semanas sobre temas que les interesan, leen poemas, cantan… Tuvimos la ocasión de participar en una de las emisiones, fue un momento divertido y emocionante.

Hay más y más historias, y experiencias que estamos conociendo y viviendo, pero seguro que me dejo algunas sin contar. En estos días también hemos conocido la historia de otra familia, que no tiene casa y vive de la caridad de la gente que les ve en la calle y les acoge temporalmente en sus vivienas. El niño mayor trabaja en la “combi” (los autobuses locales), y va a estudiar a Manitos. Gracias a ello, Manitos ha conocido la situación de la familia, y les va a ayudar a tener una “vivienda”.  Por el momento hemos ido a buscar el terreno, en un asentamiento urbano en las afueras de la ciudad. Incluso conseguir unos metros en el desierto es algo complicado, son muchas las familias que necesitan una casa. Para poder conseguir el terreno es necesario hablar con el cura local, que gestiona las solicitudes. Una vez adjudicado el terreno, tienen tres días para poder levantar la casa, que consiste en unas esteras y unos palos (guayaquiles), con un techo de calamina. Manitos les ayuda a conseguir el terreno, y les facilita el material necesario para construir la vivienda.  Esperamos que en las próximas dos semanas consigamos el terreno y podamos terminar la casa.
Además de las ludotecas de Castilla y Los Ángeles, hemos conocido la ludoteca situada en el asentamiento de la Tortuga en la costa, al lado de la playa del mismo nombre. Si las condiciones de Castilla y Los Ángeles son difíciles, creo que las de la Tortuga aún lo son más. Aunque en los asentamientos anteriores no tienen agua corriente, al menos sí hay una fuente que funciona durante unas horas y en la que pueden coger el agua en cubos. Pero en la Tortuga no hay agua de ningún tipo. Dependen de unos camiones cisterna que les trae agua un par de veces a la semana, y se las vende a un precio de oro. Los niños no van a la escuela, pasan el día en las playas o en los vertederos de basura situado justo al lado del asentamiento. Se alimentan prácticamente a base de pescado, que cogen del mar y que en muchas ocasiones comen crudo sin ningún tipo de preparación. En la ludoteca se intenta que los niños pinten, se les cuenta cuentos, en resumen, que disfruten de su infancia durante unas horas. Tuvimos también la ocasión de conocer a voluntarios de otra ONG española, que intentan encontrar agua en la zona para ayudar en la financiación de una fuente para el asentamiento.

Hay también muchas historias alegres, de esperanza, como la labor de los voluntarios y la alegría de los niños al participar en todas las actividades que se organizan. Otro proyecto realmente bonito que hemos celebrado la semana pasada son las Olimplayas. Es una excursión que se organiza una vez al año y en la que participan todos los alumnos que acuden a Manitos Creciendo. Para muchos alumnos, es la única ocasión que tienen de ir a la playa, que está situada a una hora de Piura aproximadamente. Normalmente, muchos alumnos tienen que trabajar también el domingo, pero en este caso las familias les permiten acudir porque se trata de algo totalmente excepcional. Se organizaron todo tipo de actividades. Los niños están divididos en grupos, y uno de ellos es el de las madres adolescentes que aquí son muy numerosas a pesar de los talleres de Sexualidad que se están impartiendo en Manitos. Las niñas, porque no dejan de serlo, van con sus pequeños e intentan participar en los juegos sin dejar de cuidar a sus hijos. Creo ver una mirada de tristeza y de envidia en más de una, que ven a sus antiguas compañeras de oficios disfrutar tranquilamente de un día de playa sin tener ninguna responsabilidad sobre sus hombros.  Pero una vez más, gracias al proyecto, las niñas huyen por un día de la realidad de su hogar, siempre bajo el permiso de su pareja y de su suegra, porque así es como funcionan las cosas aquí…

martes, 2 de noviembre de 2010

Diario de Perú- Tercera entrega

DIARIO DE UNA EXPERIENCIA - VOLUNTARIADO EN PIURA (PERÚ)

“El más terribles de  todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta” (Federico García Lorca)

Hasta el último momento he dudado si publicar o no la presente entrada en el blog; al final me he decidido a hacerlo porque, aunque es una historia dura, encierra otra de esperanza y superación.

Siento verdadera admiración por M., un chico de 21 años que vive en el asentamiento humano de Castilla. M. estudia mecánica en una de las escuelas de Piura. Es chiquito, pero con una fortaleza física y mental que no había visto en mi vida. Tiene 6 hermanos, todos menores que él, el más pequeño apenas cuenta con 5 años. Además de estudiar, colabora diariamente con Manitos (especialmente con la ludoteca) y ayuda a su padre a hacer y vender adobe. Excepto por su lugar de residencia y el número de hermanos, el resto no parece más que la descripción de un chico normal de su edad (estudia, trabaja y colabora). O eso pensaba yo, hasta que la semana pasada tuvimos la oportunidad de pasar un día en su casa, conviviendo con su familia. Empiezan entonces las matizaciones…

El día en la familia de M. empieza a las 4 de la mañana. El horario varía cuando hay que amasar y componer adobes, siendo en este caso la hora de levantarse las 3 a.m. En esta actividad, la de la fabricación, participan prácticamente todos los miembros de la familia excepto, por razones obvias, el más pequeño. Hoy sólo hay que repartirlos a las distintas “casas en obras” que hay en el asentamiento, por lo que nos ponemos en marcha unos minutos antes de las 4. Apenas hay luz en la calle, por supuesto ni un alma más que nosotros, y hace frío. M. y su hermano S. (el siguiente en edad) ya han aparejado los burros que tirarán de los carros en los que se van a transportar los adobes.





Desde la casa de la familia hasta donde se fabrican los adobes hay aproximadamente 10 minutos andando. Recorremos ese camino en silencio por respeto a los vecinos del barrio que obviamente todavía duermen, pero también porque el sueño no hace que nos apetezca demasiado hablar. Somos doce voluntarios los que vamos a colaborar en esta actividad (Sophie, Inés, Camille, Jakob, Kilian, Caro, Cuco, Edu, Anabel, Jose, Laura y yo). Mientras caminamos, es inevitable pensar que en un día normal, este trabajo lo realizan M. y sus hermanos sin ayuda de nadie, con el mismo frío y la misma oscuridad.



En cada uno de los dos carros se pueden cargar aprox. 60 adobes por viaje. Cada adobe pesa unos 12 kg., y para una vivienda pequeña se precisan 4.000 adobes. Los adobes se venden a 200 nuevos soles cada 1000 piezas (el cambio está en 3.7 soles por euro). La familia de M. puede sacar aproximadamente 1.000 soles al mes por su trabajo, que al cambio vienen a ser unos 250 euros. Y con eso vive una familia de 9 miembros. Os podéis imaginar que no da para muchos lujos.

Son las casi las  7 h. y, después de haber cargado, transportado y descargado seis carros de adobes, damos por terminado el trabajo. Maynor y su hermano tienen que volver a su casa, lavarse y vestirse para ir a la escuela.


Hablo con Laura y los otros voluntarios; estamos todos hechos polvo. Pero para la familia de M. el día no ha hecho más que empezar; todavía quedan por delante muchas horas de trabajo y estudio. Según nos dicen, sus obligaciones no les dejan dormir diariamente más de 4 horas. Pero no siempre fue así…

Antes de vivir en el asentamiento de Castilla vivían en una casa más a las afueras. Se dedicaban a la venta de chatarra. Entonces incluso tenían que madrugar más porque, como me dice S., había mucha competencia y los primeros que llegaban a las zonas donde habitualmente se encontraba la chatarra se llevaban lo más valioso. Su vivienda entonces era mucho más precaria y sus condiciones de vida mucho peores. Para que os hagáis una idea, tenían que caminar más de 15 horas para llevar agua potable en bidones a casa.

Ahora por lo menos tienen agua casi en su puerta y luz eléctrica, madrugan menos y tienen un trabajo más estable, “reconocido” y mejor pagado. Y lo más importante, no han perdido la esperanza de ir mejorando poco a poco, a través de la formación de los chicos (gracias sobre todo a Manitos) y del trabajo sin descanso de todos. Desde esta perspectiva, se podría decir que han prosperado en mucho; pero solo pensar que a esto se le pueda llamar “progreso” ya me parece broma de mal gusto, ¿verdad?

Mi diario de Piura (I)

El día 25 de octubre por la noche llegué a Piura después de un largo viaje de tres vuelos desde Alicante.  Llevo ya una semana aquí, y me resulta increíble lo rápido que pasa el tiempo, hay tantas cosas qué hacer, tantos momentos que vivir…
Como Joaquín ha comentado ya varias cosas sobre Manitos, os contaré un poquito mi experiencia personal hasta ahora. El martes por la mañana, después de una noche de descanso después del palizón del viaje, me levanté muy tempranito para recorrer el centro de la ciudad de Piura, con ayuda del mapita de Joaquín (aquí los voluntarios nos vamos ayudando unos a otros según va llegando alguien nuevo). Lo que más me chocó de la ciudad en una primera impresión fue el caos circulatorio, el ruido; desafío al que se atreva a conducir aquí sin ser de la ciudad. De hecho, cruzar las calles es todo un deporte de riesgo, los coches no paran aunque tengas un paso de cebra. Luego me recogieron varios voluntarios y nos fuimos a comer, y de ahí a las instalaciones de Manitos Creciendo para ir a una de las ludotecas, la del asentamiento de Castilla. Creo que fue en ese momento cuando tuve la primera visión real de nuestro papel aquí.
El asentamiento se reduce a un montón de casas de adobe, estera y sólo alguna de ladrillo en una zona desértica. Según vamos andando por las “calles” por llamarlo de alguna forma, la arena se te cuela por todas partes. Lógicamente no hay agua corriente, sólo unas fuentes de tanto en cuanto donde acuden a coger agua a horas muy determinadas con unos cubos. Más adelante os contaré más cosas de la gente que vive aquí.

La ludoteca es una casita de adobe que fue construida por voluntarios junto con la vivienda situada a su lado. Esta vivienda es la casa de Maynor, un chico peruano que vive allí con su familia (son 7 hermanos y sus padres), que salió de Manitos y que sigue colaborando muy activamente con ellos. Mi primer contacto con los niños fue impresionante, son increíblemente cariñosos y te agradecen el que vayas a pasar un ratito con ellos allí. Cuando llegas todos te dan un beso, te abrazan y te llaman “miss, miss” como si fueras su profa… y eso que sólo es el primer día y no te conocen.  Una de las niñas, que no tendría más de 10 años, iba con su hermanito pequeño, de unos 2, y no le soltó en ningún momento. Me sorprendió el sentido de la responsabilidad que tienen los hermanos mayores respecto a los más pequeños. Ella se moría de ganas de jugar, es una niña, pero no lo hizo hasta que no se aseguró de que alguien podía hacerse cargo de su hermanito pequeño. Es injusto ver que estas niñas no pueden disfrutar de su infancia porque en muchos casos se convierten en pequeñas mamás cuidando de sus hermanos.
Al volver de la ludoteca nos dirigimos a los locales de Manitos Creciendo y tuve ocasión de hablar con su coordinadora, Auri. Ella me explicó con todo detalle en qué consiste Manitos Creciendo, y todo lo que hacen allí. Manitos Creciendo es mucho más que formación, es enseñanza para la vida; se trata de un apoyo para que los adolescentes tengan un futuro.  Auri me contó varias historias de ésas que te hacen preguntarte cómo en el siglo XXI podemos permitir que siga existiendo un mundo tan injusto; nos enseñó una foto de familia en la que aparecía una madre con sus dos hijos, uno de ellos de 15 años había muerto asesinado porque se dedicaba a pasar drogas y parece ser que tenía demasiada información que les interesaba a otras mafias, todo ello mientras la madre estaba en la cárcel.  Lo que está intentando hacer Manitos es que su otro hijo no siga el camino de su hermano.
Como mujer, me interesó mucho también la labor que desarrolla Manitos para por un lado concienciar a las familias de que las niñas también tienen derecho a estudiar, que es algo que muchos padres no entienden, y las campañas de  información sexual para evitar que niñas de 14 años se queden embarazadas, algo que por desgracia es muy frecuente.
Al día siguiente acompañé a Joaquín a Manitos Trabajando, que se encuentra al lado del Mercado de Piura. Aquí estuve hablando con Solange, la responsable del centro, que me comentó que en este caso se les presta apoyo a los niños que, aunque sí van a la escuela, están en riesgo de exclusión por el ambiente en el que viven. La mayor parte de los niños proceden de familias que trabajan en el Mercado, en el que están obligados a trabajar para poder ayudar al mantenimiento de las familias.  Me comentaba la historia de un niño, que aunque acudía a la escuela, tenía 44 faltas de asistencia por tener que trabajar, o el caso de otro que su padre enfermó, se quedó inválido y su madre le retiró de los estudios primarios porque tenía que sacar adelante a la familia. Con Ruth fui a recorrer el Mercado, que me choca por sus malas condiciones de higiene. Hay una zona, que es la de los alcohólicos, con una especie de “bares” en las que me comenta Ruth están muchos padres de los niños de Manitos, y que no es recomendable recorrer si no vas acompañado.
Al día siguiente  volvimos a la ludoteca, pero en este caso en el otro asentamiento, el de Los Angeles, pero muy similar al anterior.


Sigo con mi semana de inmersión, conociendo todos los proyectos que Manitos está desarrollando. Al día siguiente ya me asignan dos niñas en Manitos Trabajando, para encargarme de supervisarlas y ayudarlas a hacer sus tareas. Son Zaira Patricia y Jessica, que están en primaria pero tienen dificultades de aprendizaje. Son adorables. Espero ser su amiga durante este tiempo y que mi pequeña ayuda les sea realmente útil.
Esa misma noche estamos invitados a cenar en casa de Maynor, en el asentamiento de Castilla. Como comenté antes, Maynor colabora con Manitos porque gracias al proyecto, ha conseguido estudiar Mecánica, primero en Manitos y ahora a nivel superior en una Escuela Técnica. Vive con su familia en una casa de adobe al lado de la ludoteca. Son 7 hermanos y hermanas, y sus padres. Como ya he comentado, tanto la casa como la ludoteca se construyeron gracias al apoyo de voluntarios, y ellos están muy agradecidos. Antes vivían en una casa de paja, y ahora pasar al adobe para ellos ha supuesto una gran mejora. La madre tiene 36 años, pero aparenta muchos más, por la dureza de su día a día,  lo mismo que su padre, de 42. En todo el tiempo que estamos allí, no dejan de sonreír y tratarnos con sorprendente amabilidad.  Al estar allí, conozco un poco la historia de la familia. El padre se dedica a construir y vender bloques de adobe, por los que consigue sacar un equivalente a unos 300 euros al mes para mantener  al matrimonio y los 7 hijos. Para ello se levanta todos los días de madrugada, y trabaja hasta el anochecer. Los dos hijos mayores, Maynor y Sadán, para ayudar a su padre se levantan todos los días a las 4 de la mañana, y a veces a las 3 para preparar el adobe y luego a las 8 ir a estudiar. Duermen una media de 3 a 4 horas al día, cuando pueden. Y a pesar de ello, siempre con una sonrisa. Maynor además como he comentado se dedica a colaborar en las ludotecas y en talleres que organiza Manitos Creciendo. Hablando con ellos, se ve que el padre tiene muchas esperanzas puestas en su hijo, le apoya y sabe que su formación puede ser una solución para salir de la situación en la que se encuentran.
Esa noche dormimos con sacos y mantas en la ludoteca, y nos levantamos al día siguiente, o mejor, esa noche a las 4 de la mañana con Maynor y Sadán para ayudarles a cargar los adobes en los carros tirados por los burros. Es noche cerrada. Cada bloque pesa unos 12 kilos, y los carros llevan un máximo de 60 bloques.  Por el camino, mientras vamos detrás de los carros, conozco otros detalles de la familia. No siempre han vivido ahí. Antes vivían en una zona en la que para conseguir agua tenían que andar 8 horas de ida y 8 de vuelta, y su trabajo consistía en recoger chatarra. Lo chocante es que tenían que madrugar para coger la chatarra, porque se peleaban por conseguirla. Venir al asentamiento de  Castilla en Piura ha supuesto para ellos una gran mejora. Ahora viven en una casa de adobe, y por lo menos en su “calle” hay una fuente donde coger agua a algunas horas del día. Y además los hijos de la familia estudian y tiene posibilidades de salir adelante.

A las 8 de la mañana yo estoy agotada, me parece increíble que sean capaces de ir a estudiar tan felices después de llevar bloques de adobe desde las 4 de la mañana!! Los voluntarios nos vamos a dormir un rato y a la tarde vuelvo con mis niñas de Manitos Trabajando y a la ludoteca, donde ayudo a otra niña con sus tareas.
Aparte de mi experiencia de voluntariado, disfruto lógicamente conociendo otra cultura. El idioma, aún siendo el mismo, tiene muchas diferencias, términos propios que poco a poco empiezo a conocer. El fin de semana aprovechamos para acercarnos a Chiclayo, que está a “sólo”  tres horas de autobús de aquí. Las distancias aquí son enormes. Entre otras cosas, visitamos el Museo del Señor de Sipán, que recomiendo porque es realmente interesante. El lunes es el día de Todos los Santos, que aquí es un día de celebración destacado. Nos acercamos por la mañana a Catacaos, a media hora de Piura en combi (autobús). Hay muchos puestos de artesanía, sobre todo plata y cerámica. Un niño guía, César, se nos acercó por la mañana, y no se despegó hasta la tarde. Es un niño gracioso, espabilao, que nos acaba llevando a una Picantería a comer. El con eso se lleva su comisión, que nos confiesa, es un plato de comida y 1 sol. Por la tarde se celebra en la plaza, al lado de la iglesia de Catacaos, Los Angelitos, una tradición en la que aquellas personas que tienen un niño fallecido en su familia o en su entorno se acercan a otro niño de la misma edad que el fallecido y le dan un pastel típico y miel. Al final esta tradición se ha ido cambiando con el tiempo y finalmente cualquier persona puede ofrecer rosca y miel a los niños en la plaza.
Tras ver la celebración de Los Angelitos, nos acercamos al Cementerio de Catacaos, que hoy es una fiesta. A la entrada hay una feria, con diferentes puestos, y dentro, todas las tumbas están iluminadas con bombillas  o luces de neón. La gente además lleva velas y se queda toda la noche e incluso el día siguiente velando a sus parientes fallecido. Para ellos el día de difuntos es una fiesta del reencuentro, donde las familias que hace tiempo que no se ven se juntan para la ocasión. Es impresionante ver el cementerio iluminado por la noche, otro momento más para recordar.