lunes, 15 de noviembre de 2010

Mi diario de Piura (II)- Historias mínimas

Mi diario de Piura (II) – Historias mínimas
¡Qué rápido pasa el tiempo! Ya han pasado casi tres semanas; como se dice siempre, parece que llegué ayer, pero por otro lado, hemos vivido tantos momentos que va a ser difícil olvidar a nuestro regreso.
En este tiempo, hemos vuelto a echar una mano en el transporte de bloques de adobe. Hemos ido un poco más tarde, a las 9 y media, y a esa hora ya no están los hermanos mayores, que están estudiando, sino una de las pequeñas, de 15 años, que carga adobes durante varias horas antes de ir al cole. Picri es pequeñita, pero su fuerza nos asombra. Lleva así toda la vida, y mientras nosotras somos capaces de cargar con un bloque de 12 kilos, como mucho dos, ella coge tres bloques en sus brazos, empuja el carro o lleva a los burros con una facilidad pasmosa. De hecho, nos desafía a ver quien descarga más rápido un carro lleno de bloques, o ella o las tres adultas voluntarias. Y, claro, como os podéis suponer, ella nos gana.  Nadie se puede imaginar lo que nos agradece estar con ella; no son los bloques que transportamos, es el estar ahí, acompañándola, porque ella hace esa tarea sola muchos días. Nos agradece con una gran sonrisa que la escuchemos y que le digamos lo fuerte que es.
Ese día conocí a la madre del chico que os mencioné en mi diario anterior, y que había sido asesinado mientras ella estaba en la cárcel. Fuimos a visitarla a su “casa”, hecha de paja y latón.  Y como siempre, una gran sonrisa. Está contenta porque dentro de poco va a cambiar su casa y la va a construir de adobe. Ha vendido la otra casa que tenía a un buen precio, 5000 soles (unos 1.400 euros), y con eso ha podido comprar los bloques que necesita.  De esta manera intenta sacar a su hijo del ambiente en el que vivían y evitar que corra la misma suerte de su hermano mayor.  Me impresiona la fortaleza de esta mujer, sobre todo al conocer más detalles de su vida. Mientras ella estaba en la cárcel, su pareja se encargó de cuidar a sus hijo y a su hija, a la que dejó embarazada.  La hija, adolescente,  es por tanto ahora madre de un bebé de la expareja de su madre. Su hija convive con él y el bebe, en una situación familiar difícil de sostener.
Y siguen las historias.  A. y M. son hermanas, dos niñas adorables. La mayor de unos 9 años, es discapacitada, tiene un retraso, y la menor de unos 6 añitos, es hiperactiva. Viven con su madre en una casa de latón y paja en el asentamiento de Castilla. Su madre se dedica a recoger chatarra para vivir. Ella tiene además dolores en la columna que la hacen pasar mucho tiempo acostada.  El padre tiene otra familia (otra mujer, otros hijos) y no suele aparecer por allí, ni hacerse cargo de la familia. Y, según me cuentan, mejor que no lo haga, porque es alcohólico y agresivo. Las niñas iban al colegio, pero repetían continuamente porque además de los problemas que de por sí tienen, su madre no podía ayudarlas porque no sabe leer ni escribir. Gracias a la ludoteca de los martes y jueves las niñas tienen un rato de juego, pintan, se ríen, y se olvidan sólo temporalmente de la situación que viven en su casa.


Hemos visitado también el Centro de Enfermos Mentales de San Juan de Dios. Es un centro que aunque no pertenece al proyecto Manitos, sí está muy vinculado porque la directora de Manitos colabora activamente en él. En este centro se acoge a gente con enfermedades mentales, agudos y crónicos, en muchos casos abandonados por sus familias. Gracias a la colaboración de voluntarios y del personal que trabaja allí tienen lugar muchos talleres que les permiten a los enfermos desarrollarse dentro del marco de su enfermedad.  Un proyecto que a mí me ha gustado especialmente es el de Radio Cutivalú. Los enfermos graban un programa todas las semanas sobre temas que les interesan, leen poemas, cantan… Tuvimos la ocasión de participar en una de las emisiones, fue un momento divertido y emocionante.

Hay más y más historias, y experiencias que estamos conociendo y viviendo, pero seguro que me dejo algunas sin contar. En estos días también hemos conocido la historia de otra familia, que no tiene casa y vive de la caridad de la gente que les ve en la calle y les acoge temporalmente en sus vivienas. El niño mayor trabaja en la “combi” (los autobuses locales), y va a estudiar a Manitos. Gracias a ello, Manitos ha conocido la situación de la familia, y les va a ayudar a tener una “vivienda”.  Por el momento hemos ido a buscar el terreno, en un asentamiento urbano en las afueras de la ciudad. Incluso conseguir unos metros en el desierto es algo complicado, son muchas las familias que necesitan una casa. Para poder conseguir el terreno es necesario hablar con el cura local, que gestiona las solicitudes. Una vez adjudicado el terreno, tienen tres días para poder levantar la casa, que consiste en unas esteras y unos palos (guayaquiles), con un techo de calamina. Manitos les ayuda a conseguir el terreno, y les facilita el material necesario para construir la vivienda.  Esperamos que en las próximas dos semanas consigamos el terreno y podamos terminar la casa.
Además de las ludotecas de Castilla y Los Ángeles, hemos conocido la ludoteca situada en el asentamiento de la Tortuga en la costa, al lado de la playa del mismo nombre. Si las condiciones de Castilla y Los Ángeles son difíciles, creo que las de la Tortuga aún lo son más. Aunque en los asentamientos anteriores no tienen agua corriente, al menos sí hay una fuente que funciona durante unas horas y en la que pueden coger el agua en cubos. Pero en la Tortuga no hay agua de ningún tipo. Dependen de unos camiones cisterna que les trae agua un par de veces a la semana, y se las vende a un precio de oro. Los niños no van a la escuela, pasan el día en las playas o en los vertederos de basura situado justo al lado del asentamiento. Se alimentan prácticamente a base de pescado, que cogen del mar y que en muchas ocasiones comen crudo sin ningún tipo de preparación. En la ludoteca se intenta que los niños pinten, se les cuenta cuentos, en resumen, que disfruten de su infancia durante unas horas. Tuvimos también la ocasión de conocer a voluntarios de otra ONG española, que intentan encontrar agua en la zona para ayudar en la financiación de una fuente para el asentamiento.

Hay también muchas historias alegres, de esperanza, como la labor de los voluntarios y la alegría de los niños al participar en todas las actividades que se organizan. Otro proyecto realmente bonito que hemos celebrado la semana pasada son las Olimplayas. Es una excursión que se organiza una vez al año y en la que participan todos los alumnos que acuden a Manitos Creciendo. Para muchos alumnos, es la única ocasión que tienen de ir a la playa, que está situada a una hora de Piura aproximadamente. Normalmente, muchos alumnos tienen que trabajar también el domingo, pero en este caso las familias les permiten acudir porque se trata de algo totalmente excepcional. Se organizaron todo tipo de actividades. Los niños están divididos en grupos, y uno de ellos es el de las madres adolescentes que aquí son muy numerosas a pesar de los talleres de Sexualidad que se están impartiendo en Manitos. Las niñas, porque no dejan de serlo, van con sus pequeños e intentan participar en los juegos sin dejar de cuidar a sus hijos. Creo ver una mirada de tristeza y de envidia en más de una, que ven a sus antiguas compañeras de oficios disfrutar tranquilamente de un día de playa sin tener ninguna responsabilidad sobre sus hombros.  Pero una vez más, gracias al proyecto, las niñas huyen por un día de la realidad de su hogar, siempre bajo el permiso de su pareja y de su suegra, porque así es como funcionan las cosas aquí…

2 comentarios:

  1. Es impresionante la labor que estáis haciendo; muchas gracias por compartirla a través de tu blog. La mayoría de la gente tenemos un visión bastante difusa de los que es el voluntariado y con tus historias conocemos casos concretos, sentimientos, alegrías, frustraciones... Y todo, con un tono de optimismo que maravilla. Logros que a nosotros, desde aquí, pueden parecernos poca cosa, allí pueden cambiar la vida de toda una familia. Gracias Laura!

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  2. Muchas gracias guapa¡¡¡¡¡ eres una gran "reportera" cuidate mucho. MJP

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