jueves, 24 de febrero de 2011

Cosas del Perú 23

La combi desciende la última loma antes de entrar en el poblado, desde aquí se pueden ver las primeras casas y el colegio.

Keren tiene uno de sus extrovertidos momentos y no deja de hacer preguntas mientras su hermano Usiel la mira y sonríe, no es normal que hable tanto.

Los tres venimos de Piura de hacerle una visita al médico. A Usiel le picó algún bicho en el parpado y se le ha infectado pero dice el pediatra que no es nada grave y aunque daba miedo verle el ojo ya parece que está mejor.

Cuando la combi llega a la altura del colegio, que es la primera casa del pueblo, recuerdo que algo ha cambiado en la Tortuga.

- Mira Usiel, hay un cartel en la escuela, a ver si podemos leerlo.

Todos los pasajeros miran la pancarta que cuelga de las ventanas de un aula y al llegar a su altura leo en voz alta.

- Tortuga te quiero limpia

Atravesamos la calle principal, una de las dos únicas que están empedradas y antes de llegar al "paradero" vemos 6 bidones en los que se puede leer la palabra "BASURA". Algo ha cambiado en la Tortuga.

El fin de semana pasado todos los voluntarios de CANAT vinieron a presentar el programa "Tortuga te quiero limpia". El sábado 19 a las 17h nos reunimos en la Plaza San Pedro y los niños hicieron unas peticiones a las autoridades de la caleta. Asistieron el Alcalde Delegado y el Regidor de Vice pero los de Paita que también estaban invitados no aparecieron.

Una vez finalizado el protocolo nos fuimos a jugar con los niños y niñas hasta las 10 de la noche, y el domingo por la mañana nos fuimos de pasacalles a situar los bidones, 15 en total.

Al final del recorrido alguien contó que nos acompañaban unos 70 niños y terminamos la mañana con más juegos y dinámicas educativas.

Hoy he paseado por la Tortuga y me he fijado en los contenedores, no falta ninguno y muchos están siendo utilizados. Juana me ha contado que el alcalde está cumpliendo su compromiso de vaciarlos cuando están llenos.

Cualquier camino por largo que sea empieza por un paso y este creo que ya lo tenemos. Hay mucha gente de la tortuga que nos ha manifestado su alegría porque se tomen medidas en este sentido y seguro que van a colaborar en que se sigan tomando. También hay dos voluntarios que están dispuestos a venir los fines de semana hasta agosto y continuar con las labores de educación y seguimiento.

Todo este trabajo de los voluntarios es como un grano de arena que viene a sumarse a los que se han ido depositando anteriormente, pero serán los pobladores de la Tortuga, sus únicos y legítimos dueños, los que decidan donde y como vivir.

martes, 22 de febrero de 2011

Cosas del Perú 22

El pacífico se retira un momento y baja la marea, las aguas dejan ver un mosaico de piedras negras que salpican la bahía con sus largas cabelleras de algas verdes meciéndose con las escasas olas que logran sortear el arrecife.

-Vamos Chiqui, ya está seca.

Jimena “jala” de sus manos mientras Usiel le intenta sostener por la cintura. En torpe procesión descienden la rampa de arena y piedras que termina en el océano. La sal, su incondicional compañera, vuelve a entrar en los infinitos surcos de unas manos que hace tiempo dejaron de ser jóvenes y fuertes.

Hasta hace 10 años Chiquirato era el mejor pescador de la caleta, hasta esa mañana en que al salir de su casa le enviaron un “mal de ojo” en forma de viento que lo derribo.

Él me ha enseñado como construir una balsilla, como ligar un anzuelo, el nombre de los peces que cada tarde trae si hijo Pablo al volver de pescar. Él me ha contado la historia de la Tortuga, las costumbres de sus pobladores, sus alegrías y sus penas.

Chiquirato me ha enseñado otra forma de mirar al mar.

Sentado en una piedra enjabona sus manos y Usiel, con apenas 5 años, frota sus espalda con un puñado de algas mientras los otros niños juegan en la playa. Cuando termina de lavarse, Jimena lo saca del agua y lo deja en un lugar seguro, yo me siento a su lado y escucho. Arena y sandía, risas, juegos, charla y silencio.

El océano que no para, poco a poco se va llenando y las olas comienzan a vencer al arrecife, es la hora de volver. Con Chiquirato cogido de mi brazo entro en la casa de su hijo y pienso que preferiría vivir en la calle que entre estas cuatro paredes. Lo dejo en el rincón en el que ha pasado la mayor parte del tiempo los últimos 10 años, en el que pasará la mayor parte del tiempo que le queda por vivir. Lo dejo sentado en la silla de mimbre que le hace también de cama y sé que cuando vuelva lo encontraré ahí sentado, y sé que él estará esperando mi llegada para que lo lleve al mar.

Chiquirato nació en 1936 y hasta hace 10 años era el mejor pescador de la Tortuga.
Ahora está enfermo y su familia siente vergüenza por ello y sólo le dejan salir de casa para ir al barranco a hacer sus necesidades. Chiquirato es prisionero de su ancestral cultura y todos los días el mundo se pierde lo que sólo él conoce y nadie escucha.

Él sabe muchas cosas y yo apenas nada y las pocas que sé de nada sirve que se las cuente.

Para que va a querer saber Chiquirato que la enfermedad más extendida en la Tortuga es la diabetes a consecuencia de la mala alimentación.

Mientras él espera que se le quite el mal de ojo para volver a ser el mismo de antes, para que le puede servir saber que su ceguera ya no tiene cura.

Para que voy a contarle que existe la insulina si no tiene medios para comprarla.

Es mejor que no perdamos el tiempo que nos queda de estar juntos contándole todas esas tonterías y que en poder, cuando la marea nos deje, volver al mar.

En este momento Chiquirato estará sentado en su silla de mimbre y sabe que iré a buscarle una vez más y volveremos a conversar y también sabe que pronto regresaré a España.

Y yo sé que el mejor amigo que he hecho en la Tortuga, mi compañero de baños, se apaga mucho más rápido de lo que lo haría en un mundo  más justo y solidario. Pero esto tampoco se lo voy a contar.

jueves, 17 de febrero de 2011

Cosas del Perú 21

Ayer, en algún punto del polvoriento camino que une la Tortuga con la carretera Piura-Paita, murió un niño un poco antes de nacer, venía con el cordón umbilical enredado al cuello.

La Tortuga es la caleta de pescadores mas grande del Departamento de Piura. Con unos 3.000 habitantes también es la más marginada, atrasada y desatendida.

Sus primeros pobladores le pusieron este nombre por la gran cantidad de tortugas marinas que llegaban a sus playas a desovar. Procedentes de Sechura usaron la bahía como campamento de pesca, no estableciéndose como poblado permanente hasta hace unos 85 años. Se cree que esto ocurre cuando el fenómeno del Niño de 1.925 arrasó las zonas agrícolas del Bajo Piura.

Los accesos no están asfaltados y se encuentran en muy malas condiciones, los vehículos han de circular muy despacio si no quieren exponerse a serias averías.

Enclavados en los inciertos limites de las provincias de Sechura y Paita, 3.000 descendientes de Sechuranos intentan autodefinirse sin llegar a ningún acuerdo. Tampoco el Gobierno Central de Lima se decide por si la Tortuga es de Paita o de Sechura.

Ni Paita ni Sechura parecen haberse preocupado mucho por la Tortuga hasta hace unos años. Creo que este pleito no existía antes, nadie quería la responsabilidad de esta caleta.

Hace unos años, OLIMPIC I.N.G., una compañía extractora de gas extranjera, encontró un yacimiento a pocos kilómetros de la Tortuga y comenzó su extracción.

Según las leyes del Perú, OLIMPIC tiene que pagar al Gobierno Regional e Piura un porcentaje por el gas exportado y de esa cantidad una parte importante va al Ayuntamiento implicado.

Y ¿cual es el Ayuntamiento implicado? Pues esa es la cuestión, que nadie lo sabe, y estoy seguro que algunas personas estarán encantadas de que así sea y harán todo lo posible porque esta situación continúe muchos años.

Según el "Frente de Defensa de la Tortuga", que intenta entre otras cosas desbloquear ese dinero, OLIMPIC ha de desembolsar una cantidad mensual desde hace dos años y dicen que los atrasos ascienden a 5 millones de dólares. Voy a repetir para que no penséis que me he equivocado, 5 millones de dólares.

Cuando sobre las cinco de la tarde parte la última combi del día la caleta se queda sin autoridades, sin maestros, sin médicos. 3.000 Tortugeños y un gringo se quedan con el inmenso azul del mar y con la vida.

Y como la vida continua, Rosa Paso Panta se pone de parto y como algunas veces la vida es así de extraña a Rosa se le enreda el hijo. Y mientras sentado en algún despacho alguien teje tretas para que el conflicto de la Tortuga continúe, Rosa y su marido corren por los caminos del desierto de Sechura buscando un médico.

Y la vida que es así de extraña, como que se arrepiente y da un paso atrás.

lunes, 14 de febrero de 2011

Cosas del Perú 20

Ya tenemos diseñada la campaña de limpieza y gestión de basuras, la hemos llamado "Tortuga te Quiero Limpia".

Entre semana estoy solo en la Tortuga pero los fines de semana vienen muchos voluntarios y hacemos limpiezas y quema de basura. Toda la organización está implicada y desde Piura diseñan y preparan los materiales para la presentación que vamos a hacer el sábado 19.

Hemos comprado 15 bidones para distribuir por el pueblo a modo de contenedores de basura. Tenemos el compromiso del Ayuntamiento de Vice de que se encargará de su recogida y del Ayuntamiento de Paita de enviar una excavadora para hacer un vertedero.

Yo ando haciendo un poco de relaciones públicas para ir concienciando a la gente de la importancia de mantener limpias las calles y los alrededores del pueblo. Ya están implicados los dos Ayuntamientos que se disputan la Tortuga y todos los Predicadores que andan por aquí, hay 6 grupos religiosos distintos.

También he hablado con el Gremio de Pescadores, el colegio y el Centro de Salud, creo que no me queda ninguna agrupación por contactar.

Otra de las cosas que hemos hecho ha sido plantar una pequeña huerta, puede que la primera que se planta en la Tortuga. Rábanos, zanahorias, acelgas, lechugas, apios, pimientos y tomates, los niños y niñas que han querido se han plantado una mata en una botella reutilizada y andan un tanto alborotados viendo como les crecen de un día para otro. Ya veremos si luego se los comen porque no están muy acostumbrados a las verduras.

Este sábado pasado hemos plantado 9 ficus de 1,5m en un espacio que hay frente a la casa en la que vivo. La verdad es que ha cambiado un poco el paisaje y la gente se acercaba a pedirnos arboles para plantarlos cerca de sus casas. Tendríamos que estudiar el tema de traer más y regalárselos a quien los vaya a cuidar, ya veremos.

Todos los días a las 16h. vienen a casa Jimena, Damián y Keren, los hermanos de Vanessa. Les he comprado unos cuadernos de caligrafía y ahí andamos, unos mejorando la letra y otros aprendiendo sus primeras. También ando detrás de su padre a ver si quiere que lo enseñe a leer pero esto va a ser más difícil.

Bueno, pues esto es un poco en lo que estoy metido últimamente, en esto y en un montón de pequeñas cosas que surgen a diario. De vez en cuando viene alguien a que le cure una herida, o alguna mujer a que le ayude a mover una red o me voy con Chiquirato a la playa a bañarnos.

A Chiquirato aun no lo conocéis pero dejémoslo en que es mi compañero de baño, ya os contaré más otro día.

Un abrazo.

jueves, 10 de febrero de 2011

Cosas del Perú 19

Cierro la puerta al Salir y sus ojos me vienen a la mente. ¿Cuántas puertas tendré que cerrar para olvidar?, ¿debo olvidar? Nadie debería olvidar pero olvidamos.

Cierro la puerta y me asalta cenicienta en el país de los hombres, en el país de los “machos”, en el que no dejaron una sola perdiz para el final del cuento. En el que ni siquiera hay cuentos, solo y por otra vez la incandescente realidad.

Según miro al mar a mano derecha. Se llama Vanessa, 16 años, madre de sus hermanos, de su madre, de su padre, quien sabe de quien más. Aquí se trata de sobrevivir, pero a qué precio.

Cierro la puerta y me alejo, y ella se viene en mi cabeza unos pasos. Después también sobrevivo y olvido un instante.

Hace unos días fui a Piura con Vanesa y Keren, su hermana pequeña. Helado en la Plaza de Armas, coches y mucha gente, luces. Dos peces fuera del agua, ojos como platos que no alcanzo a entender, nunca aprendí a leer en la mirada.

-          ¿Tu padre os sigue pegando?  Pregunta una voz.
-           Vanesa encoje los hombros.
-          ¿Y sabes por qué?
-          No
-          Y ¿Cuándo lo hace?
-          Cuando José Juan se va, cuando cierra la puerta al salir y mi padre sabe que no lo va a oír.

Vanesa me mira y me quedo sin sangre, aparto la mirada y no consigo tragar un helado que de golpe ha cambiado de sabor. Sus ojos me miran y yo no tengo nada que hacer.

Y si Neruda llegara en una combi a la Tortuga “Inclinado en las tardes echaría sus tristes redes a ese mar que sacuden sus ojos oceánicos”

Y si Alarcón varara en esta playa se quedaría “Si ella quieres, naufrago de sus pupilas”

Y Vanesa, según miro al mar a mi derecha, que no sabe muy bien donde esta España ni ha ido nunca a un festival de cine, mañana volverá a cargar agua y cortar leña, a inclinar la cabeza. Los aplausos del público no llegaran a sus oídos porque se perderán en algún lugar entre lo evidente y la mentira.

Y yo, que llegué aquí casi sin querer, me voy a quedar muy quieto, en silencio, sin portazos, para que sus ojos sigan siendo sus ojos y nos digan sin palabras lo que no se puede decir con ellas.


PARA VER "VANESSA Y LA TORTUGA" ENTRA EN;
El cortometraje “Vanessa y La Tortuga” ha sido premiado en el festival de cine de Castilla-La Mancha celebrado en Ciudad Real del 24 al 29 de enero de 2011.