jueves, 27 de enero de 2011

Cosas del Perú 14


Poco a poco me voy adaptando a la Tortuga, ya he recorrido todas sus calles aunque esto tampoco es ninguna proeza. Voy a ver si consigo escribir dejando a un lado el corazón y os explico un poco como veo yo todo esto para que os hagáis una idea.

La Tortuga es un pueblo a orillas del Pacifico, para llegar a él hay que recorrer un camino de herradura de 25 kilómetros. Aquí todo el mundo vive de la pesca, frente a sus costas se mezclan la corriente fría de Humboldt y la calida de el Niño. La mezcla de estas aportan a las costas del norte de Perú cantidad de nutrientes y la convierten en una zona rica en pesca.

Tenemos un clima propio del desierto de Sechura, seco y ventoso con muy pocas precipitaciones. Algunos años, entre enero y marzo, se produce el fenómeno de "el Niño". Al parecer la corriente cálida gana a la fría y el agua del mar se calienta, desaparece la pesca y aumenta la evaporación originando intensas lluvias que acaban inundando el norte de Perú y arrasando puentes, carreteras y pueblos enteros. Como le ocurrió a la Tortuga en 1.983 que no dejó de llover en 6 meses, se quedaron incomunicados y tenían que ir por alimentos a unas 8 horas de navegación.

Cuando ocurre el fenómeno de el Niño son tiempos difíciles para todos pues además de disminuir notablemente la pesca, la lluvia acaba con las cosechas.

Dicen los mayores del pueblo que este año no habrá "Niño" así que por ahí tranquilo.

Perú está dividido en 25 Departamentos, uno de ellos es el de Piura que a su vez se divide en 8 provincias. Dos de ellas, la de Paita y la de Sechura se disputan la autoridad de la Tortuga con el resultado de que nadie hace casi nada por este pueblo.

La Tortuga depende políticamente de Vice pero la comunicación por camino esta cortada por las dunas y al estar Paita más cerca, es de allí de donde vienen la mayoría de servicios, como el agua potable que se distribuye en camiones cisterna.

Dos amenazas que se ciernen sobre la Tortuga son que una compañía americana ha encontrado Gas cerca de aquí y que los arrastreros japoneses han reducido notablemente los recursos pesqueros de la zona. La pesca artesanal de la Tortuga es en economía de subsistencia y cualquier desequilibrio se refleja rápidamente en la malnutrición y deterioro de las condiciones de vida de sus pobladores.

A diferencia de lo que pasa en los asentamientos de Piura, aquí las familias permanecen unidas y son extraños los casos de separación matrimonial. Es casi imposible que un hombre o una mujer puedan sobrevivir aquí por separado. Ellos pescan y ellas hacen todo lo demás, como no.

En un país que ocupa el puesto 78 en el índice de Desarrollo Humano, en el que el 30% de su población vive por debajo del Umbral de Pobreza, (unos 2 dólares al día), un pueblo pobre es verdaderamente pobre. Y los pueblos vecinos tampoco están para echar una mano. En la Tortuga reina la economía de subsistencia y sus habitantes soportan unas condiciones de vida muy precarias. La desnutrición alcanza al 48% de la población por la falta de alimentos y una dieta repetitiva a base de arroz y pescado.

Con unas condiciones de higiene muy malas, la falta de letrinas y de gestión de las basuras. Con la reutilización del agua potable y una total carencia de cultura higiénico preventiva, las enfermedades disparan la mortalidad infantil hasta el 20%. Las más comunes son las diarreas, dérmicas, respiratorias, parásitos y urinarias.

Si a todo esto añadimos la baja escolarización... ¿Quien va a ser capaz de reclamar sus derechos?

Pues a mi me parece que van a tener que ser ellos, de alguna manera tendrán que organizarse pero la cosa no es fácil.

Me cuenta José Mercedes, se llama así un señor mayor, que la tortuga era un pueblo pacifico y bueno para vivir, pero que todo ha cambiado.

No puedo explicaros que pasa exactamente, vengo de un mundo distinto y necesito tiempo para entender la forma de pensar de mis vecinos. Si desde la puerta de casa miro al mar, hacia mi derecha vive una familia con todos los hijos sin escolarizar. De vez en cuando uno de ellos desaparece unos días, se queda en casa escondido hasta que se curan los moratones que conllevan su educación. Una de las tareas que me he impuesto es ganarme la confianza del padre y creo que me va a tocar irme a pescar con él.

Si desde la puerta de casa miro al mar, hacia mi izquierda vive Luisa, madre de dos hijos. Cuando tuvo el segundo estuvo a punto de morir y le dijeron que era muy peligroso volverse a quedar embarazada. Está de 4 meses y no quiere ir al médico. Ya veremos que se puede hacer.

La falta de alternativas hace que muchos jóvenes empiecen a beber y se les puede ver borrachos a cualquier hora del día. Forman pequeñas pandillas a las que la gente ya empieza a tener miedo. Ya he tenido una charla con alguno de ellos, digamos que tienen curiosidad por conocer al Gringo.

Hay un tema bastante delicado. José Mercedes me ha contado que hay una casa que preparan comida pero que los fines de semana traen a unas 10 niñas de entre 13 y 16 años y que van muchos hombres hasta muy tarde. Y hasta aquí puedo poner...

Un día me baje a la playa a ver anochecer con uno de los chicos que suele beber mucho. Lin, que así se llama me contó que está enamorado, habamos de Dios, de la vida, de la muerte, de chicas, de peces, de barcos, en fin de todo. Me llamó la atención una cosa, me pregunto si cobraba por estar aquí. Ellos creen que hago fotos para luego pedir dinero para los pobres y quedármelo. Creo que ha pasado algún sinvergüenza por aquí antes que yo.

Bueno, pues este es un poco el panorama que me encuentro a la semana de estar aquí. El trabajo es muy lento y delicado. Hay que ir ganándose la confianza de la gente, no hacia mi, hacia la ONG, y que con el tiempo valoren la educación de sus hijos, el cuidado del medio ambiente, el asociacionismo. Y que unidos reclamen sus derechos de Peruanos, de Seres Humanos.

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